Etapa 14

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Villa de Don Fadrique – Tembleque (29,1 km)

De la Villa de Don Fadrique se sale por la plaza Mayor, calle Toledo, calle Villacañas; se pasa por la Ermita de San Gregorio, se cruza el río Riánsares y la Cañada de los Sorianos; desde aquí quedan 6 kilómetros a la población de Villacañas. 

VILLACAÑAS

AlbergueFuenteBarComidasPensión - HotelTiendaBanco - Caja de AhorrosOficina de CorreosMédicoFarmaciaCentro de SaludTienda de BicisPolicía - Guardia CivilEstación de AutobusesTestimonio Jacobeo

El recorrido  está marcado con cerámicas con vieira. Se entra en el pueblo cruzando la vía del tren sobre paso elevado, se sale a la Glorieta del Prado y calle Mayor. El templo parroquial está dedicado a la Asunción y perteneció a la Orden de San Juan. El Museo etnográfico del Silo y el Museo de La Tía Sandalia son dos buenos sitios para ver y llevarse una idea de las viviendas típicas de esta zona, los silos.

Es importante la celebración de uno de los rituales más arraigados en la localidad, la fiesta en honor del Santo Cristo de la Viga, todos los primeros de mayo. 

  • Acogida en la Parroquia de la Asunción: (Donativo). C/ San Roque, 51. Llamad al 644 954 074 con antelación para avisar
  • Ayuntamiento: Plaza de España, 1. Tel.: 925 160 428
  • Alojamiento Rural Lalola: Av. Madridejos, 71. Tel.: 606 146 734
  • Hostal Pub Prickly: Paseo Ángela Carneros, 6. Tel.: 925 200 914 / 657 834 611

Se sale de Villacañas pasando por delante de la Ermita de San Roque hacia el ensanche del polígono industrial. Se sigue por la carretera del Polígono para continuar por camino de tierra en paralelo a la carretera teniendo a la derecha la Sierra del Romeral.

*(Atención variante Camino del Sureste). 

TEMBLEQUE

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El recorrido  está marcado con cerámicas con vieira. Se entra cruzando la Autovía por paso elevado a la altura de la Ermita de la Virgen de Loreto prácticamente en ruinas, se cruza la avenida de Andalucía, antigua N-IV; se coge a la derecha la calle Cruces y, por detrás de la Iglesia, se llega al centro de la población

Tembleque perteneció a la Orden de San Juan de Jerusalén, pero aparece por primera vez en la historia allá por el año 1163, en el que el rey Alfonso VI arrebató el pueblo a los árabes junto con el castillo de Consuegra. Es en el 1241 cuando Don Ruy Pérez, prior de la Orden de San Juan, le otorga carta de población. La Casa Consistorial es el palacio del Caballero Fernández Alejo, del hábito de la Orden de Santiago. La población se ha hecho famosa por su Plaza Mayor, una de las más bellas y originales de España, construida en tiempos de Felipe IV. 

Es muy notable la Iglesia parroquial, dedicada a la Asunción, que perteneció al priorato de San Juan. No hay que dejar de ver la Ermita de la Concepción en la que se puede admirar un bello crucero-rollo, así como el Palacio de los Ylustres Fernández Alexo, también conocida como Casa de las cien puertas. 

  • Ayuntamiento: Plaza Mayor, 1. Tel.: 925 145 261
  • Casa Rural “El Balcón de la Mancha”: Plaza de la Orden, 8. Móvil: 615 599 472 – Tel.: 925 145 849 (precios para peregrinos). elbalcondelamancha@gmail.com
  • Hotel A Posada: Av. Andalucía 0. Tel.: 925 145 181
  • Oficina de Turismo: Plaza Mayor, 1. Tel.: 925 14 55 53

El recorrido por el pueblo te descubrirá patios manchegos y rejerías de gran belleza. 

A unos kilómetros al Suroeste de la villa, se levanta el hermoso santuario del Cristo de la Palma, conocido vulgarmente por el Cristo del Valle. Tiene planta de cruz griega, de mampostería y ladrillos, y posee una ostentosa portada de piedra berroqueña. En el escudo, labrado en piedra caliza, se lee una fecha, 1698. Existe una tradición acerca del origen de este santuario: el Cristo que se venera en esta capilla bajo el título de la Palma y de Santiago, fue pintado el 25 de junio de 1688 por dos peregrinos que dijeron llamarse Juan Bautista y Manuel Terrín, quienes, llegando a dicho sitio, se hospedaron en la quintería que tenía Juan Montoro y en agradecimiento le dijeron si gustaba que le pintasen un Santísimo Cristo, respondiendo que sí, grabaron en el tosco lienzo de la pared la imagen del Cristo utilizando para ello un tosco pincel de carbón y cinco distintos colores que traían y amasaron con saliva, hecho lo cual se ausentaron sin que ninguno se apercibiera. Desde entonces este Cristo de la Palma y de Santiago ha obrado grandes portentos. La fiesta tiene lugar el segundo domingo de mayo.