La que iba a ser una celebración espléndida del día de Santiago, se ha convertido por deseo del destino en dolor y tristeza para todos: familias, gallegos, peregrinos y amantes del camino.
Desde la Asociación la pena acompaña a todos.
Y en ese punto concreto siempre habrá un recuerdo y una oración de cada peregrino que cruce la pasarela que, desde el camino salva esas vías para entrar por Angrois a la ciudad del Apóstol.